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sábado, 23 de marzo de 2019

Cine

Fui a cine al cine club y estaba cerrado. Fue triste. Pensé: ¿ahora qué hago? Debía esperar hasta las 7:30pm en el centro. Pero caminé un poco y fui a la Cinemateca.

Vi la película Cocote, dirigida por Nelson Carlo de los Santos Arias. 2017. República Dominicana. Un hombre afro trabaja en la capital y viaja al área rural para celebrar el entierro del padre. El es testigo de Jehova y sus hermanas son de otra religión afro (santería o vudu -no sé cuál es la diferencia-). Las hermanas son muy groseras mientras el se ve muy paciente. Aguanta las grocerías de las otras personas. Permanece en silencio. No sabe cómo enfrentar ese terremoto de palabras, dolor y diferencias con los familiares, vecinos y asesinos de su padre. Mucho color. Animales que significan sacrificio y alimento. La música, religión y las historias se entretejen en las creencias que sostienen y dan sentido al habitar en el mundo.

Vuelvo a hacer cosas sola. Luego me encontré con Number 3. Comimos pasta con salsa de coco y ahuyama. Vimos la película The Laidy in de van.  Dirigida por Nicholas Hytner y estrenada en 2015. La historia de una anciana que vivió en una camioneta y por 15 años en el lujoso barrio Camden en Londres. El guión está muy bien construido. Crea dos personajes de un solo personaje. O dos identidades. La abuela se siente culpable porque atropelló a alguien y murió. La vida de esta abuela es materia prima para el escritor que la aloja en la entrada de su casa. Los vecinos la detestan porque huele a feo: orines, sudor, mierda, húmedo, podrido, etc. Pinta sus camionetas de amarillo y le da un poco de color a su vida. Es muy manipuladora. Es gruñona o huraña. Nunca dice gracias o por favor. Es de hierro. Es fría y solidada.

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