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sábado, 25 de marzo de 2017

Laboratorio de la máscara neutra

Hoy hicimos los ejercicios. Pero dudé con los de pasar de manos y de pies. Dudo y pa ca te que me caigo o hago caer al compañero. Menos mal Pocho es un experto con el manejo del cuerpo.

Después hicimos los elementos y materias que habíamos observado: tierra, ácido nítrico, aire y tela cariñosito. Jualiana y yo hicimos tierra. Luego, ácido nítrico, Alejandro. Leyda y Leo hicieron aire, y Claudia, ácido nítrico y tela cariñosito. Pero antes, Leo hizo "El viaje". Es un ejercicio de 20 pasos. Sus manos fueron hermosas cuando tocó el árbol. Tuvo unos gestos suaves y delicados. Alejandro se veía como un ácido que se comía o exterminaba el cobre. Es impresionante el estado de máscara neutra. Se logran y se ven cosas increíbles.  Se vio el ácido en la botella y cómo las burbujas espumantes creaban otra materia.

Hice tierra. Fue muy doloroso. Me sentí acabada. Fulminada. Se hace pedazos el alma. Al comienzo la sensación de estar enterrado es horrible. Quedas sin aire. Luego se funde con la tierra.  Tiembla la tierra.

Empecé a moverme como el cuerpo iba diciendo. Me arrastré, me encaramaba asimisma. El maestro dijo "stop". Me quitaron la máscara rápido y empezó todo. Inmediatamente pidió texto. Me equivoqué y dudé con el texto. Corté el texto y algunas líneas se me saltaron por más que repetí ese texto toda la semana. Pero la sensación era tan fuerte que al final de la primera pasada de texto me desboroné como una montaña que se derrumba. Luego pasé el texto como tres veces y el maestro me seguía pidiendo texto y la sensación iba en crescendo. Después el texto fluyó solo. Mi compañera, Juliana, era una tierra que casi no sentía pero cuando nos pidieron que nos juntáramos para caminar nos apoyamos (fuerza de la sensación). Se me salieron los mocos y las lágrimas rodaban sin parar tal y como dice el texto: "....un abismo para lanzarme allí y morir consumida por las lágrimas....". Es un texto de una madre que fue reina y pierde todo, sus hijos, hijas, hasta su dignidad y queda muerta en vida. ¡Es terrible! Fueron más de 15 minutos de dolor absurdo. Casi no me pasa el dolor del pecho. Según los compañeros sintieron una maternidad desgarrada, vuelta mierda, ya ni los dioses la escuchan. Es Hécuba, de Las Troyanas de Eurípides.

El texto es... pero advierto, una cosa es leerlo y otra, sentirlo al ser tierra. Así que aquí va:

Hécuba:  En tierra debo yacer, víctima de estos males. ¡Oh, dioses!; bien sé que no me favorecen, pero debemos no obstante, invocarlos cuando la adversidad se ensaña con alguno de los nuestros. Agrádame recordar de los bienes que he disfrutado, y así será mejor la lástima que exciten mis males presentes. Fui reina y me casé en real palacio, y en él di a luz nobilísimos hijos que sucumbieron al empuje de la lanza griega, y yo los vi muertos y corté sus cabellos para depositarlos en sus tumbas. Las vírgenes fueron para el deleite de mis enemigos, las arrancaron de mis brazos y no abrigo la más remota esperanza de volver a verlas. Y el último, mi mal más grave, es que vaya yo a Grecia, esclava y anciana, sufriendo intolerables trabajos. ¿Para qué ponerme de pie? ¿Cuál es mi esperanza? Guíen mis pasos hacia un precipito para lanzarme en él y morir allí consumida por las lágrimas. No crean nunca que los opulentos son dichosos hasta no llegar su última hora.

No soy madre, pero en este texto, me atrevo a decir, sentí un dolor horrible cuando pierdes a alguien que pariste. Y lo pierdes de la peor manera: asesinado y violado. Y tu quedas ultrajada. Hecha pedazos es poquito. Creo que quedas enterrada, hecha tierra.







jueves, 23 de marzo de 2017

Motivación

Aniko Villalba me ha llegado con estas palabras:

*el momento ideal para empezar no existe (si hubiese esperado a tener tiempo y plata, tal vez nunca me hubiese ido)
* nadie nace siendo experto en nada, todo lleva tiempo, trabajo, constancia, práctica y, sobre todo, confianza.
* hay que animarse a compartir el trabajo que hacemos aunque no sea "perfecto" (sobre todo si se trata de algo creativo) ya que nunca sabemos quién lo puede ver y cómo puede cambiar su vida.
* creo que se necesitan dos cosas para vivir como soñamos: una pasión que nos mueva y mucho trabajo para alcanzar nuestros objetivos.

Esto fue obtenido del Facebook de Aniko Villalba el 23 de marzo de 2017, y escrito por ella el 15 de marzo de 2017 a las 6:13 pm.

martes, 21 de marzo de 2017

Señorita María, la falda de la montaña

Señorita María, la falda de la montaña es una película de Ruben Mendoza, estrenada este 2017 en el FICCI. Es del género documental con cerca de 90 minutos. Es una reivindicación a la dignidad humana de las personas que han sido confinadas al oprobio y rechazo colectivo. Señorita es una mujer de una pueblo del norte de Boyacá. Es campesina. 

Me sorprende que a sus 45 años no tenga dientes. Esto es una aviso para mi porque no me baño los dientes en la noche por pereza. Fue abandona por sus padres. Fruto del incesto vive sola. Las escenas de prender la candela me gustan. Me recuerda que ella es muy sagaz para prender el fuego para purificar, crear, amar y arder de honestidad y ternura. Sabe ver la vacas, cocinar, lavar la ropa, se defiende en el campo y alquila como obrero al jornal. La gente aunque la discrimina aprendió a convivir con ella. Saben que a ella le gusta que la llamen Señorita.

Dice que se colocó "María" en honor a la virgen María. Su vida se cimienta en la fe católica. Su poder para enfrentar las burlas de un pueblo ultraconservador es la fe en Dios. Su sistema de creencias se afinca en la religión católica como un escudo que le permite tener oídos sordos a las ofensas que le espetan. Nació de sexo masculino pero esto casi no es relevante en la película sino para hablar del vestuario y enfatizar que odia los pantalones y quiere las faldas.

Confiesa con dolor y rabia lo que hizo su madre y para decir que es imperdonable abandonar las crías. Al final de la película el parto de una vaca aborda el anhelo de ser madre mientras consciente a la cría y le habla con diminutivos. Pero su abuela fue su vinculo afectivo en esta tierra que la escondió ante la falta del incesto que era su vida, por lo cual la confinó a no hablar con nadie y permanecer sola. 

Es un poco temerosa pero al mismo tiempo sagaz para ver que algunas personas buscan aprovecharse de ella cuando le dicen que tendrían sexo con ella por dinero. Pero ella reafirma que es "seria", que es un mujer de amores firmes, de vínculos afectivos sinceros. El paradigma de la religión católica que al mismo tiempo la rechaza es el que usa para sostenerse emocionalmente. Para finalizar esta apreciación analizo que la música ensalza el honor de la Señorita María. 

Cuando la estrenen en los cines la iré a ver de nuevo porque la experiencia del computador es súper diferente a la sala de cine. También porque al fondo de las montañas esta el pueblo donde nací, porque se ve el cañón del Chicamocha, porque la naturaleza se funde con lo divino para mostramos una bella historia.


Spectres are haunting Europe

Spectres are haunting Europe es una película de Maria Kourkouta y Niki Giannari, realizada en el 2016. Es del género documental. Dura 99 minutos. El relato trata sobre un campo en Grecia donde habitan temporalmente los refugiados que provienen de Siria, Afganistan, Pakistan Irak y algunos países africanos como Somalia.

Exige mucho del espectador para no abandonar la película porque la cámara aparece fija como un cuadro quieto. La primera escena es como de cinco minutos. Primero aparecen las personas caminando de derecha a izquierda, y pocas de izquierda a derecha. Llevan sus pertenencias mientras en el fondo hay un paisaje de unas montañas que divisan en el horizonte, detrás de un valle. Llueve todo el tiempo. Las personas usan capas para la lluvia.

Las personas hacen fila. Los niños, niñas, viejos, jóvenes y adolescente todo el tiempo hacen fila. Es como una interminable y agotada experiencia física para sobrevivir. Hacer fila como mercancías en serie que Europa occidental no quiere recibir. Buscan migrar a Alemania, Inglaterra y países nórdicos. Alguien en una reunión dominada por la presencia de los hombres porta un cartel con el título "Bitteeeeeeee", quiere decir por favor en alemán. También dicen "mamá Merkel". Imploran que los reciban. Es una guerra que no han escogido.

Ahora viven, duermen, van al baño, hablan, y habitan en campings ubicados al lado de un tren. La frontera se cierra para ellos. No hay oportunidades. Otro de los carteles dice "we aren't animals". Hay de todo, hasta personas en sillas de ruedas, bebes, jóvenes adultos, etc. La película se detiene a registrar algunas de las actividades cotidianas como hablar, hacer fila, cortarse el cabello y los niños juegan. Unos niños juegan al golf sobre el riel del tren.  Otro niño se queda inquieto por la cámara y hace movimientos con su cuerpo mientras experimenta el ser filmado.

La cámara cambia de escena para mostramos, el amanecer, la noche, los días sin lluvia, los días con lluvia, las reuniones, y las largas filas. Los zapatos embarrados en las filas son de todo tipo, tenis, botas, sandalias, tacones, mocasines. Hay de todo. Al final la película cambia de color y aparece en blanco y negro unas escenas donde las personas sonríen mientras una voz en off dice un poema.


domingo, 19 de marzo de 2017

Norte

Hace un tiempo no tengo claro de qué voy a vivir. No tengo trabajo. Y esto parece ser una constante. Ahora si el miedo que tenían mis padres -cuando yo era niña- sobre cómo viviría, se hace realidad.

No tengo confianza en las personas. Tengo inseguridad. No manejo mi centro. Soy egoísta y desdeño. Soy huraña.  La maldad habita en este ser. Cuánta maldad quisiera hacer. Me fascina la destrucción. La naturaleza devoradora es hermosa. Hablar incoherencias es un encuentro.  Yo debería ser mala de verdad. De ahí deviene una fuerza. Se cree que las personas más nobles y buena persona son asesinas en potencia. Alguna fuerza creadora tiene la maldad, como dice Werner Herzog. Recurro al mal para coger fuerzas. Si, el mal. Nunca he hablo de ti mi mal. 

Recuerdo que cuando tenía como 19 años o 20 años, le di patadas a mi hermano, Fabián. Le di tantas patadas que lo quería matar. Otra vez le restregué la ahuyama en la cara porque no se la quiso comer. Obviamente he sido mala con los más débiles. En este caso el era un niño. Quiso traer el cuchillo de la cocina y matarme pero no fue capaz. Mi mamá lo obligó a confesarse pero él no dijo este pecado. Yo tampoco nunca lo he confesado a un cura. El no me odia por eso. Debería odiarme pero hoy en día me acompaña con algunas palabras y me trae libros para leer.

También una vez peleé con Marinela, mi hermana. Estábamos regando unas mugas en el solar. Unas eran de ajos, zanahoria y cebolla cabezona. Eramos pequeñas. No sé porque peleamos pero me hice la víctima con toda la intención para que le pegaran a ella. Lo logré. Le dieron severa tanda de palo.  Estas historias de mis hermanos me recuerdan el Gran cuaderno de Agota Kristof. 

De la última vez -de maldad que recuerdo- contra un ser indefenso fue con Estrellita. Se estaba muriendo. Yo trabajaba en el ancianato.  Berta, la otra auxiliar de enfermería me gritó que fuera con una silla de ruedas. Con el despropósito más rampante tiré esa silla a una distancia de unos 30 metros y llegó justo donde estaba Berta y Estrellita. Esa tarde, con turno de medio día, Estrellita muere en mis brazos. Intenté reanimarla pero estaba sola. Creo que no supe cómo hacer el procedimiento. Ella se ahogó con vomito o broncoaspiró. Traje un balde y lo llenó de líquido negro. La dejé morir. La dejé ir. Grité. Nadie en el auxilio de Estrellita. Murió en su cama mientras mi estupidez no hallaba qué hacer.

Estos relatos son con el ánimo de coger fuerza. De habitarme de aliento. La maldad puede ser un camino creativo. He robado varias veces en un supermercado. Una vez robé una cartera de lápices en un éxito. Otra vez robé en un supermercado de Tunja. Me robé unas galletas o ponque. Salí feliz. Me sentí orgullosa porque fui capaz de hacerlo.  He robado pasajes de transmilenio delante de los policías. Una vez me hicieron devolver y pagar el pasaje. 

He hablado mal de Cámara, de Leyla, de mi padre, de Oscar y de las personas que no quiero -si pero no- y he llegado a destetar. Esa ha sido mi venganza. Destruirlas con narraciones donde soy una víctima y ellos los victimarios. Estas narraciones son muy destructivas. Pueden ser la versión que se instala en la visión de otro. Y pueden quedar para siempre en el imaginario colectivo, como una huella indeleble, de ahí lo peligroso. 

Cuánto me hace falta aprender. Pero de alguna manera las envidias, egoísmos, robos, desinterés, calumnia, desconfianza, deseo de eliminación del otro me acompañarán en la vida. Los deberé controlar leyendo, caminando, viendo películas, escribiendo estupideces como esta, etc.

Bien dice Amalfi que soy Misery (1990, dirigido por Rob Reiner), la enfermera que mata a su amor y paciente. A ella una vez para que no me jodiera más en un momento de stress le dije que le iba a pegar o la iba a matar. Yanet también me sacó de quicio y le pegué un grito o no me acuerdo que le dije. A una compañera que estaba insoportable le di una cachetada. A mi hermano, Oscar le di otra cachetada, cuando estábamos en el colegio. 

He visto videos ridículos en TEDx sobre qué hacer cuándo no sabes qué hacer. Al final este no decía nada. Unas cuantas historias sobre amigas que hacen diferentes cosas. Bueno, ya hay un camino ante mi pérdida de fe y esperanza para conseguir un trabajo. 

Haré un curso de programación de computadores y seguiré estudiando inglés, a pesar de que pierda este curso. Volveré al taller de la máscara neutra así no sea capaz de pasar de manos y fortaleceré mi centro. Este aprendizaje no es nada fácil. Se requiere mucha confianza y esa es la que no tengo, pero ahí como terca que me caracterizo algún día lo lograré. Esto puede ser mentira. Puede que no vuelva. Soy super indecisa. Estoy haciendo este curso porque Fabián me dijo que lo hiciera y porque MaE y Alexandra me dijeron que no debía ser tacaña conmigo misma.

Podría también hacer el curso de alemán si no abren convocatoria o no paso a la maestría. Aunque ya también voy abortando este camino. Me queda pasar a la convocatorio de la personería. O podría viajar a la patagonia cómo hizo Andreita. O podría no buscar más. O podría llenarme de ganas y volver a buscar trabajo. Pero ahora cómo vencer la derrota. ¿Dónde estarán mis talentos? Qué grave cuando no sé que hacer. Dibujaré con los métodos de Lynda Barry. Y seguiré caminando por la Cáracas.

Por fortuna la ansiedad no esta instalada en mi pero le tengo miedo. Y el miedo cuánto me paraliza. Ahora tengo miedo sobre cómo voy a ganarme la vida. Debo descubrir algún talento y no veo nada. Realmente he sido buena haciendo aseo. Hay una oportunidad para migrar a Canadá y trabajar allí haciendo aseo, pero antes debo aprender francés. Aunque no me darán la visa porque llevo mucho tiempo sin trabajo y ya estoy vieja para construir una familia allí. 

Dícese de familia una pareja heterosexual con hijos porque en nuestra sociedad una persona sola no puede ser una familia. Esto sería un peligro porque se regresaría al no tener soporte afectivo. No son familia los amigos, amigas, vecinos sino un ser que debes amar con deseo sexual, generalmente del sexo opuesto y con prole. Bueno, nuestra sociedad es heteropatriarcal, ni modos.

Y seguiré esperando que la vida llegué con alguna sorpresa para mi. Ya no sé dónde buscar y qué metas o desafíos grandiosos, valerosos o escandalosos ponerme. Llegará el día -como buena perezosa que soy- que tocarán a mi puerta y me dirán se mi auxiliar, ¿de qué?, no sé, pero será divertido.  O al final crearé una empresa de papel. Inventaré historias que no tengo porque siempre recurro a mi vida para contarla.  Mejor veré una película y ahí buscaré la respuesta.


miércoles, 15 de marzo de 2017

Libro

El jueves pasado, 9 de marzo de 2107, MaE me dio un libro para leer. Esto fue un gesto bonito. Siento un respaldo a mi frágil habito lector. Es bello que alguien te traiga libros para leer y, sobre todo, buenos libros. ¡Qué chevere! Me agrada que me den libros para leer. Yo no los busco sino que me los traen.

lunes, 13 de marzo de 2017

Laboratorio de la máscara neutra: aire y árbol

Ayer, domingo 12 de marzo de 2017, fui al taller de teatro. Otra vez mi centro falló. Pasar cayendo de manos y pararme de manos sigue siendo mi reto. Ya pude con la mosca pero mi centro no maneja mi centro. Debo aprender los textos de Ofelia y Hécubea. Hicimos varios ejercicios para adquirir memoria corporal. Me di durísimo en la espalda, cresta ilíaca y las rodillas. Tengo morados. Parece que esto es normal en trabajo de cuerpo. El rollo sigue siendo un desafío para hacerlo suave y no golpearme.

Cuando me tocó usar la máscara neutra en el árbol y aire fue chevere. Me estoy dejando llevar por la pulsión de la sensación. Fui un hurapán del parque. Vi que la semilla era alargada. Era un reto pararse, pero no sé cómo, cuando estoy en estado de máscara, logro lo que no en el trabajo de cuerpo. La semilla creció rápido, pude levantarme con fluidez y tener unas ramas grandes con sombra. Pero escuché un serrucho y no sabía qué hacer. Entró el intelecto y dañó el ejercicio. Alguien cayó y me alcanzó a golpear y pensé: debo caer. El maestro dijo que fui un árbol que se sentó.

Cuando fui aire utilizaron unas cuerdas con las cuales nos empujaban y el maestro dijo que abriéramos los brazos. Estos estímulos ayudan a traer la sensación. Sentí que era viento. Era una corriente de aire. En ocasiones fui recia, luego suave y ondulante. Me pidieron texto y fluía. Fluía. Era fluir. Fue un ejercicio maravilloso porque te conviertes en un ser liviano, muy liviano. No pesas. Incluso después de terminado el ejercicio los brazos querían seguir volando. Aleteaban suave. Mi voz fue un hilo o delgada. Además dijeron que no me había caído del escenario y había dado muchas volteretas como para vomitarse.

Luego vi a mis compañeros Daiver y Leyda ser tierra. Ellos estaban transformados o en trance, como si hubieran tomado yagé o estuvieran drogados. Eso me inquietó. Estar en estado de máscara es como estar hipnotizado. El maestro da una orden y una obedece. Decía ¡desmoronece! y se desmoronaba, ¡montaña! y se volvían montaña. Es increíble. El maestro dijo que es un trabajo consciente de las sensaciones, la memoria corporal e intelectual. Les pedía texto y lo decían con la sensación de tierra. El rostro y el cuerpo se transforma.

Por último unos compañeros hicieron la tormenta en el mar. Fue increíble. Se vio el mar rebotado y las olas chocaba. Pero el único que logro dejarse llevar por la sensación fue Pocho. Fue Poseidón. Todavía me sorprendo cómo esta máscara te hace otro u otra o el mismo o la misma pero te deja experimentar con lo primitivo, con lo que no vemos porque se nos volvió cotidiano.

Al final el maestro dijo que el curso esta estancado porque no aprendemos los textos y no nos dejamos llevar por la sensación sino que la controlamos con el pensamiento. Dijo que los jóvenes hoy en día no arriesgamos. Que cuidamos la imagen para no cagarla. Y eso hace que no aprendamos. Porque la única manera de aprender es cometiendo errores, cagándola, arriesgando. Nos invitó a dejarnos llevar por la sensación y aprendernos los putos textos que son página y media, y ha pasado un mes y nada, y esto para los actores es una vergüenza.

Hubo en la sesión un fantasma que se acercó al maestro. Lo iba a tocar pero Tatiana no lo dejo porque estaba horrorizada viendo cómo un señor naranja se acerba al maestro. Después contaron varias historias de fantasmas en el teatro. Un fantasma que cuida el Arlequin y de otros fantasmas. Le tengo miedo a los fantasmas.


sábado, 11 de marzo de 2017

Laboratorio de la máscara neutra: Fuego

El sábado y domingo pasado no fui al taller de teatro porque tenía cólicos menstruales y no podía del dolor. Así que este sábado -11 marzo de 2017- si fui.  No puede hacer varios ejercicios. Se me olvidaron. No pude llegar parada de manos y voltear los pies. El maestro Carlos, se me acercó y me dijo que si no maneja el centro esto se reflejaba en la memoria emotiva, corporal y en la vida.
Le dije "o.k profe" mientras pensaba en mi inseguridad. Soy muy insegura.

Le pregunté a varios compañeros y compañeras cuáles son los ejercicios para fortalecer centro. Claudia me dijo que el arco y otro con un palo de escoba que tu caminas pero no con los pies sino el centro empuja el cuerpo. Juliana dijo que hiciera uno de agacharse bajando bien la cola como si estuviera en cuclillas. El centro es cuatro dedos abajo del ombligo. En las clases el maestro para hacernos ver el centro de forma sencilla dice "aprieten el culo". Ahí esta el control del cuerpo.

Varios ejercicios se me olvidaron como el virus, la lleva, hasta el de contar hasta ocho.  Algo pasa con mi memoria. Estaba como desganada y sin energía. Al final Pocho comentó que no teníamos energía o que estuvimos bajos y desconcentrados.

Estuve en dos ejercicios del neutro. El neutro que va al mar, recoge una piedra, la tira y se voltea para dejar de ser neutro. Neutro es estar con la máscara neutra y no puedes hablar mientras estés con ella. Allí te expones porque se ve el cuerpo sin tu rostro. Está poseído por el Neutro. El maestro dijo que salen cosas reprimidas o del inconsciente. Cuando hice este ejercicio escuché el mar. Luego me preguntaron que si tenía rabia o había sentido rabia o malgenio. Yo dije que no sabía pero que en mi vida real en la semana si estuve brava. Y ellos dijeron que entonces si tuve malgenio.

Luego hice el Neutro fuego. Ahí primero sería un Neutro en estrella ubicado en el suelo. Luego sería un trozo de leña o chamizo. Luego abrazaría un tronco. Luego sería llama. Mi chamizo casi no se prende. Abrazaba el tronco pero no cogía llama. Al final cuando mis compañeros Neutros Fuego estaban parados convertidos en llama, ellos me abrigaron y me dieron calor. Y entré en calor. Me puse caliente. Sentí deseo sexual. La vagina estaba caliente y en algún momento sentí un sudor impresionante. Mi cuerpo rebosaba de energía libidinosa. El texto me salió fluido y la memoria no me traicionó. Proyecté la voz como nunca con las sensaciones de fuego. El maestro dijo que con matices.  Tal vez estuve disponible para el ejercicio y no pensé. Que bien que no pensé porque o sino me hubiera tirado el ejercicio. Esa pensadera, maldita pensadera que te mata. Se tira el ejercicio. El intelecto se sobrepone y no deja salir la sensación.  Esto no es fácil. A veces lo siento y otras no. Hay que descentrolarse y luego si aprenderemos a controlarnos. Son ejercicios cheveres. Porque el profe dice que si no dejamos salir la sensación estamos reprimiendo.

Estoy rara. Gracias fuego. Preciso anoché Y. me mostró a Amaranta, una actriz porno que esta con el mismo peinado que el mío, es decir, con dos centímetros de pelo en la cabeza. Ayer sentí deseo sexual. Amaranta me recordó a Cámara. Ella dijo que sabía cuando un hombre iba a eyacular o estaba contenido. Según eso, nunca he sabido cuando un hombre se va a venir hasta que grita y se desmaya por unos segundos y le sale líquido lechoso. Tendré que masturbarme y aliviar un poco la calentura.

El maestro también dijo que disfrutáramos el placer de jugar, que jugáramos. Esto lo dijo en alusión al comentario de Pocho. El llevó a su hijo Lucas, hoy. Lucas dijo que era necesario construir el personaje para ser actor. El maestro utiliza ayudas para estimularnos en los ejercicios de neutro. Con  bolsas -de paquetes de papás, platanitos o todo rico- se crea el sonido o chasquido del fuego, y nos acercó un encendedor en las palmas de las manos y plantas de los pies.

Hoy por la tarde fui a acabar de dibujar el árbol para sentir la sensación de ser árbol. Luego fui a sentir el aire y por último la tierra.


jueves, 9 de marzo de 2017

¡Hijueputa, malparida!

Hoy -jueves 9 de marzo de 2017- vi La Mujer del animal. Fui con MaE. Lo dudé varias veces. Casi no sale porque el almuerzo estuvo tarde. Reservamos en el cinema de Cine Tonalá pero al final fuimos al Embajador, así como lo había planeado.

Esta película es brutal. Primero aparece la felicidad, la sonrisa y la travesura en Amparo, una joven de 18 años proveniente de Argelia, Antioquia. La música es suave y apenas la necesaria para mostrarnos una historia desgarradora en las montañas de un barrio popular de Medellín. La música es como un viento ondulante, suave, duro, sube y baja. También así sentí el ritmo de la película. Como a la media hora sentí una fuerza descomunal o un demonio que me aprisionaba el pecho y cerraba los ojos para no ver cuando me iban a golpear.

Libardo aparece atisbando a Amparo mientras ella se cambia de ropa -la que regaló Olga para ir trabajar a una tienda de perfumes-. Y allí se conecta La mujer del animal con Psicosis de Hitchcok. Fue la primera referencia cinematográfica. El voyerismo como elemento de la mirada patriarcal que devela a las mujeres como objeto de deseo, tal como lo dijo la crítica cinematográfica feminista psicoanalítica.

Me pareció que las luces de la ciudad en la noche se conectaban con la película Los Nadie de Juan Sebastián Mesa. No vi más referencias cinematográficas. Lo demás que diga será porque lo he leído en otras críticas cinematográficas.

Lloré varias veces. Pensé que es difícil maquillar un lugar porque imaginé que los ladrillos de bloque y las tejas de zinc no existían en 1970. Pero el vestuario estuvo bien cuidado. Utilizaron los relojes, sandalias, faldas y camisa de esa época.

El título "¡Hijueputa, malparida!" -de esta entrada del blog- alude a que las mujeres hubiéramos nacido mal, nacimos en un mundo negado para nosotras, en un mundo para hombres desgraciados y contenidos de mal, un mundo malvado. Me pregunto ¿qué bueno tuvo el animal en la vida real? Uno o una nunca es totalmente bueno ni totalmente malo.

Me llamó la atención que el contenido religioso solo aparece al principio y al final de la película. Lo demás son golpes, humillación, vejámenes, ultraje, negación de ser humano, fueteras con machete, robo, violación, hambre, borrachera, insultos, sangre, obsesión con las niñas vírgenes. En eso si conecta la religión. La virginidad como un símbolo de fortuna. Como el regalo de los dioses para los malvados. Y la violación como la repetición de la maldad, del deseo desenfrenado de tánatos, de la muerte.