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viernes, 28 de febrero de 2020

El árbol de la vida

El árbol de la vida (2011) es una película estadounidense de Terrence Malick, del mismo director de La delgada línea roja (1998). Es una película sobre la espiritualidad, sobre la metafísica, la poesía mientras una familia de los años 50 de Estados Unidos vive sus conflictos en medio de la existencia.

La familia como el lugar donde habita el bien y el mal, pero más allá de esto un ser humano que lucha para imponerse así mismo a como de lugar. ¿Y, dónde queda la espiritualidad? Esta película es narrada desde el personaje de Jack O'Brien, hijo de del señor y la señora O'Brien. La creación de la tierra, la magnificencia del poder de las células con los múltiples seres que crecerán, van acompañados de música y una voz en off del padre y la madre.

La naturaleza se equipara a las fuerzas del bien y el mal que enfrenta el ser humano. Hay momentos de furia y equilibrio. La muerte de un ser querido puede desatar el caos en las demás vidas, en tanto un árbol es plantado para simbolizar esa bondad y el constante del cambio, el crecimiento y la vida. Hay muchos planos de contrapicado a la copa de los árboles con el fondo del firmamento que sigue buscando una voz, un guía o ese árbol al cual aferrarnos cuando el mal nos acecha. O también unas tranquilas aguas en el mar pueden revolverse en cualquier momento o acompañar la locura.

Es una hermosa película sobre el amor y la permisividad representado en la mujer y la severidad y arrepentimiento en el hombre. Está el salirse de las normas y volver a esa tierra árida en constante transformación y exposición a la luz, puede ser de los sueños, más allá de la muerte o de otra vida, en una reunión en el que los protagonistas ya son otros que de vienen de esa confluencia de fuerzas de las que está compuesta la naturaleza: compasión y destrucción.

Una frase que me impactó: "¿Por qué debo ser bueno?, si tú no lo eres", dice Jack.

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