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martes, 30 de julio de 2019

Vagabunda y saltar mi ciudad

Vagabunda (Sin techo ni ley) es una película de Angès Varda. Fue estrenada en 1985. Es una película sobre Mona Bergeron, mujer joven que decide viajar por Francia con su morral y carpa para disfrutar de la vida y de los días imprevistos.

La narración empieza por el final y va hacia atrás en flashback. La película empieza con la imagen del cadáver de ella en una sanja de un cultivo. La descubrió un trabajador, quien llama a la policía. La policía indaga quién era esta joven mujer a través del relato de las personas con las cuales compartió techo, comida o vehículo. Hay un plano de Mona en el retrevisor de un camión, esto expresa que el personaje será contado por los otros.

Mona Bergeron es una mujer libertaria. Cuando ya no está con las personas deja la sensación de libertad y de culpa en los demás, en la importancia del cuidado del otro. Cuando comparte con las personas es una más. Su vida errante y despreocupada es una declaración de principios sobre dejar el trabajo y escapar del sistema capitalista. La humanidad está en las otras personas que le brindan comida, techo, cigarrillos y conversaciones, pero, a su vez, no la comprenden porque ella es una vida errante que no quiere ganarse la vida sino vagabundear.

Es violada por un hombre en el bosque. Es acosada por el conductor de un camión. Es fichada por un proxeneta. Cuenta los peligros de ser una mujer libre en un sistema patriarcal y capitalista. La violencia de género está presente por parte de los hombres jóvenes y viejos.

Ella compartió con niños, mujeres jóvenes y mayores y hombres de diferentes edades y condición económica. Ella declara siempre encontrar comida pero era más difícil conseguir mariguana, por eso pide dinero para eso. Terminar en la calle y en los campos con hambre y frío hasta que la muerte la atrapa por el desamparo y la falta de solidaridad y humanidad de los otros. Ella dijo: "Yo no escojo el tiempo, solo elegí deambular". Con esta declaración evidencia que tomó una decisión pero que está condicionada a la dependencia de los otros y del contexto del lugar y del clima. Esos otros que no están dispuestos a ir contra el sistema.


                                                                 ***

Saute ma ville, 1968. Es un cortometraje de Chantal Akerman. Es sobre una joven que está en Bruselas, va por la calle camino a su apartamento. Llega al edificio y revisa si tiene correspondencia. Sube por las escaleras mientras compite con el ascensor sobre quién llega primero o no funciona el ascensor. Entra a su apartamento con unas flores. Hace una pasta y ordena la cocina. Saluda a su mascota y mira la ciudad desde su balcón. Luego desordena todo y abre el gas para explotar la cocina. Rompe con la rutina cotidiana de las mujeres en la cocina de manera radical. Es una metáfora del espacio doméstico como el espacio femenino que se debe destruir para crear un nuevo orden.

La música que acompaña, primero, tararea una canción para hacer aseo, luego, canta una canción infantil, y, por último, hace unos gemidos guturales como un bebe. La música muestra una involución. La música marca la necesidad de volver a nacer. Este fue el primer trabajo cinematográfico de Chantal Akerman, quien abandonó los estudios de cine en la universidad. Desde allí su obra audiovisual estará distinguida por la búsqueda de la comprensión de la feminidad en los espacios cotidianos de la casa o apartamento, espacios de rutina, por un diálogo con el espacio y por preguntarse qué es ser mujer en ese espacio.

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