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jueves, 28 de junio de 2018

Solsticio

Empezaré por el solsticio de verano. El día más largo del año. Estoy en tránsito. El 20 de junio me mudé de casa. Tengo un nuevo hogar. Duramos varias noches trasteando a mano. La semana fue dura, aunque no sentí que hubiera sido tan sufrido el trasteo. La luna fue preciosa esos días. Ha sido un cambio maravilloso, a pesar de que no he dormido bien. La nueva casa es tan bella que no me lo creo.

Mi vecina me saludó el otro día. Dijo hola. Nos miramos con Fabián extrañados y le dijimos hola como si fuéramos novita -tímidos o tontos-. Luego cuando se subió al taxi se despidió. Parece que es artista y Samuel dice que tienen muchos cuadros en la sala. Siempre veo a varias personas vestidas de negro bailando en el 302, después de las seis (6) de la tarde.

Pensamos con Fabian que no nos merecemos tanta fortuna. Todavía no me lo creo. Es un lugar más agradable, más cómodo. ¡Tenemos agua! Es una bendición. Ya no hay humedad. Aunque acabo de encontrar una fuga de agua. Siempre hay algo que arreglar. Pero hasta el momento el lugar es tan lindo que el otro día desayuné viendo volar los pájaros sobre la copa de los árboles. A Fabian ya le dan ganas de lavar la losa y arreglar la cocina. Lo mismo Samuel. Dijo que ahora si iba a colaborar.

He votado muchas copias y papel. He tirado cosas. Agradezco a las diosas, dios, ser superior y energías del universo por escuchar mi suplica. Ha sido un regalo maravilloso. Me acabo de sentar a leer dos páginas de Una puta tan distinguida en la alfombra mientras la luz del día se va. Es calientico y ya podemos estar en camiseta o caminar desnudos sin problema. Ya nadie nos mira o vigila. Ya no grito lanzando indirectas a la señora X. Si señora X. No te nombraré. Mi escrito es más importante que tú.

El solsticio es una fiesta. Es una fiesta de la abundancia que marca una nuevo ciclo porque el sol cambia de rotación. La tierra y el sol han sido generosos conmigo. Estoy un poco cansada pero extasiada de tanta maravilla. Ya no me da pena invitar a nadie. Adiós vergüenza. ¡Ya tenemos agua!

Este escrito reivindica la rabia e impotencia que sentí hace unos años por el frío y las babosas de la antigua casa. La vida me premia hoy. Hoy es un día con arco iris, cine, café, libro, pinturas, personas y música.

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