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miércoles, 9 de diciembre de 2015

Sierra Nevada del Cocuy: Día 1

Nos fuimos con Ser Alado para la Sierra Nevada del Cocuy el viernes 5 de diciembre de 2015, a las 8:20 de la noche inició el viaje. Nos encontramos en la calle 170 de Bogotá, frente al Éxito. El bus iba con sobre cupo. El bus tiene 32 puestos pero iba como con 40 personas. Algunas papeleras y baldes hicieron de bancos en el pasillo del bus. Nos tocó al lado del baño, un poco incómodo por el olor a orines.

La mayoría de la gente se quedó en San Mateo y Guacamayas, mientras que en El Espino ya quedaba menos de la mitad de puestos ocupados en el bus. El rayo de sol salió en Guacamayas. El día pintó esplendoroso desde su amanecer.

Hacia las cuatro de la mañana pasamos por mi pueblo, La Uvita. Allí mi mamá me recibió con dos arepas de trigo fritas calienticas, y me preguntó como tres veces: ¿Va quedarse en la casa? Le dije que la llamaba porque no tenía ganas de ir, pero mi mamá no aceptaba que fuera al Cocuy y no pasará a quedarme por lo menos un día en la casa.

Llegamos pasadas las 7 de la mañana a El Cocuy, con tan buena suerte que Ser Alado se encontró en la puerta con el señor Mario Sequera, quien nos llevó al precio del lechero al parque del nevado, por solo 10 mil pesos. Esto me alegró mucho porque la idea era buscar transporte económico. Nos ahorramos 115 mil pesos, porque por el expreso de ida y vuelta cuesta160 mil pesos.

Don Mario nos indicó que debíamos ir primero a la oficina de  Seguros del Estado a comprar el seguro por los días que estaríamos en el parque. Allí conocimos a Cristian y Mónica. Con ellos nos fuimos en la buseta de don Mario para el parque. Luego nos registramos en el parque y pagamos. En esta oficina ya quitaron el descuento en la entrada al parque a las personas de La Uvita.

El funcionario de parques indicó rápidamente que debíamos ir con guía, consumir 4 litros de agua y comer alimentos energéticos para evitar el mal de altura. También advirtió no dejar basura en el parque y no coger flora ni fauna. Mencionó que entran en promedio 1.000 personas mensualmente al parque, y que los medios de comunicación le hicieron mala fama apor la muerte de los 12 militares que traían los votos de un resguardo indígena que queda a 2 o 3 días de camino de Güican. Esto ocurrió el día 26 de octubre, después de las elecciones, lo cual ocasionó la disminución del número de visitantes al parque, a por lo menos 700.

También mencionaron que el parque es unos de los más completos del país en cuanto a ecosistemas de páramo. Un turista que se notaba que va cada rato al parque mencionó que para subir a nieve hasta cumbre del Pan de Azúcar hay que levantarse a la 1 de la mañana saliendo de Sisuma (hospedaje dentro del parque).  Esto porque Ser Alado quería trepar sobre nieve, subir a tocar el cielo desde que aquel pico, uno de los más altos del parque, por lo menos más de 5.500 metros sobre el nivel del mar. Realmente a mi me da miedo hacer estas actividades de riesgo. Le tengo miedo a la montaña.

Después de los trámites, unas llamadas para confirmar los almuerzos, cena y hospedaje de ese día con la Familia Herrera. Luego a desayunar unos ricos huevos con pan y aguapanela. De allí salimos a tomar fotos a la maqueta del parque del nevado que está en el parque principal de El Cocuy. Después subimos a una buseta y allí afortunadamente conocimos a un grupo de 11 expedicionarios que iban con ganas de comerse la montaña. Estas mujeres y hombres jóvenes estaban eufóricos y parecían un circo sin programación.

Hacia las 11 de la mañana salimos para el parque, pero antes se dió una vuelta ciclista por las calles de El Cocuy con los futuros escarabajos o aficionados del ciclismo. Volviendo a la buseta de don Mario la algarabía no paraba de todo el  mundo con la emoción de pisar nieve. Una hora y media de recorrido hasta al parque. Llegamos como a las 12 y media al kiosko de la familia Herrera. Almorzamos allí y luego cogimos caminata a Lagunillas para hacer el recorrido de aclimatación y la altura nos acogiera con cariño.

Antes de iniciar la caminata pedimos permiso a la montaña para que nos dejara conocerla. Esto me recordaba mis dos viajes anteriores, el primero, fui a Alto de Cusiri y nos perdimos y no conocí la nieve, el segundo, fuimos al púlpito del diablo y llegué a borde de nieve pero sufrimos mucho porque nos intoxicamos con unas salchichas Zenú, desde allí nunca más volví a comer embutidos enlatados.

Volviendo al camino de Lagunillas, lo iniciamos a las 2 de la tarde. Esta vez pasamos por un camino señalizado con flechas amarillas. Al inicio del camino había muchas flores como margaritas pero sin rama que nacen en el suelo. Me sentí con Alicia en el país de las maravillas. Es muy lindo este piso lleno de flores blancas.

Llegamos al hotel Sisuma como a las 4 de la tarde. Allí nos ayudaron con la logística de un guía joven. En el parque ya no entraba señal de celular así que estuvimos desconectadas del mundo solo apreciando la belleza y exuberancia del Parque Natural Sierra Nevada de El Cocuy.

Volví a ver a Campanillo Negro. Esta es una montaña que impresionó a Mónica. Dijo que la montaña cambiaba de colores y le infundía miedo con su transformación camaleónica. Pasamos por las lagunas La Pintada, La Cuadrada y La Atravesada. Por el camino había varios turistas que acompañaron el viaje. Este recorrido es el de Lagunillas, el cual caminé la primera vez en busca de nieve un día agosto de 1997.

Regresamos como a las 5 de la tarde de las lagunas y nos cogió la noche hasta donde llegan los carros. Desde allí caminamos con la luz de las linternas de los bastones de trekking. Esto me recordó las andanzas a media noche por el monte con mi papá.

La felicidad se sintió todo el tiempo. La noche nos esperó en cuarto de paredes de tabla y costal, ventana con un vidrio roto y cortina de sábana vieja. La camita no se veía nada mal, pero el cuarto era como un engaño si piensas en "Es en casa de familia". No tenía nada de acogedor. Realmente son unos cuartos hechizos que nos arroparon con cariño cuando la temperatura bajó a menos cero grados en la madrugada. Dormí con la ropa que usaría el siguiente día.

Estuve también con estreñimiento no hacía del cuerpo hacía dos día, la barriga se me inflamó y expedía pedos por dónde pasaba. Afortunadamente agua y fruta fueron las reservas alimenticias del viaje, y el té de coca alivió el malestar.




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