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domingo, 13 de septiembre de 2015

Parque Nacional Natural Chingaza

Nina armó todo el plan para ir al Parque Nacional Natural Chingaza (PNNC). Llegué tarde, pasadas las 6:30 de la mañana, fui la última. Salimos de la calle 116 con carrera 15. No sé por qué mi mente tenía el sitio de llegada en la Hacienda Santa Bárbara, casi me quedo pero me esperaron. Tuve mucha vergüenza, pero ya qué.

El bus salió a coger la ruta hacia La Calera. En este pueblo se detuvo, y después de unos minutos salió al PNNC. Una vez en el parque una charla en el "refugio". El funcionario de parques nacionales recomendó no votar basura, así fuera orgánica, nada, todo recogerlo en una bolsa para salvaguardar el parque. También recomendó de sobremanera no botar bolsitas de paquete, ni ropa en la caneca del baño, porque allá no tienen como disponer este tipo de residuos, y esperaba de nuestra colaboración. Así que solo se podía dejar el papel higiénico en las canecas de los baños.

Además el funcionario del PNNC, de manera general hizo un recuento de la cantidad de parques y otras denominaciones de conservación que tiene el Estado Colombiano, recalcando que esto no es solo del Estado sino de todos, especialmente porque este páramo produce agua para más de 12 millones de habitantes de la sábana de Bogotá, además dijo que este ecosistema recoge el agua del amazonas, la evaporizada y la concentra, de tal manera que regula el clima. Puede que esta última afirmación la haya entendido mal y sea una barrabasada, pero eso entendí.

Por último dejó de tarea consultar qué significa la palabra chingaza. Según la página web de parques nacionales, menciona que los "Estudios recientes indican que en lengua muisca Chingaza, pudo haberse llamado Chim-gua-za, que significa "Serranía del Dios de La Noche". Esta información se encuentra en el siguiente link: http://www.parquesnacionales.gov.co/PNN/portel/libreria/php/decide.php?patron=01.02291204

Los que organizaron la caminata son dos hermanos, un hermano y hermana venezolana que prometieron que parte de las ganancias irán a construir caminos. Lo dudo porque el recorrido es largo. Ellos hacen esta actividad porque son amigos del funcionario de parques. Me llamó la atención que sean unos extranjeros los que nos guían para conocer el parque, parece que no nos apropiamos de lo nuestro para bien.

Luego a caminar. Primero una subida de repecho o empinada que ponía a prueba la condición física. Calentó motores y con mandarinas, bananos y bocadillos se hizo llevadera, pero sobre todo con la deliciosa compañía de Nina y Caro Bu, fuimos chismoseando y hablando de todo un poco, y ellas tomaron fotos.

Después una parada para la foto del grupo para el recuerdo de la caminata o para revelar en su página web o guardar la memoria del encuentro en alguna parte. El encuadre con montañas de terminación en triángulo de fondo y unas lagunas bonitas alrededor de frailejones y demás plantas de páramo. Esta primera caminata fue por una carretera.

Luego ingresamos a un camino barroso en el cual fue inevitable mojarnos los pies y llenarnos de la tierrita negra de este páramo. La tierra es negra, negra. Por el sendero hay una infraestructura eléctrica. El paisaje es sanador y renovador. El espíritu del páramo nos libra de nuestro padecimientos diarios y con su magia renueva la fuerza para vivir.

Bajamos por una hondonada y luego subimos hasta una cuchilla, y la bordeamos hacia el sur y bajamos por un costado hasta visualizar de cerca una de las lagunas que guardaban estas cuchillas. Rocas imponentes que al fondo dejaban vislumbrar el pueblo de Guasca. Allí se me ocurrió preguntarme por qué existen lagunas sin río o fuentes de agua que las alimenten. Nina me respondió que cuando se creo la tierra todo esta lleno de agua.

Nos devolvimos. Una chica con botas Martens subía con dificultad, y la guía pidió agua, porque iba con presión craneal y mal de altura. Le auxiliamos y seguíamos riendo. Luego volvimos a pasar por un precipicio que me pareció riesgoso. Es una actividad de aventura que exige que seamos caminantes frecuentes.

Bajamos la cuchilla y tomamos el camino de regreso por montañas ondulantes que iban descendiendo en medio de altos frailejones, ramitas espinosas y pasto o rabo de burro como le llama mi papá. Ibamos despacio, casi siempre de últimas con ganas de estirar y detener el tiempo en este paraje.

Algo chevere fue que conocimos a Dennis o Jennys, una guía del parque que es de la zona. Ella habló bastante con Caro Bu. A me contó que los frailejones tienen enfermedades que están siendo investigadas por varias universidades.  Las hipótesis que causan estas enfermedades son los hongos, los cucarrones (coleópteros) o las polillas. Sigue la investigación científica sobre las enfermedades de estas bellas plantas: frailejones.

La recomendación que hago para PNNC es no hacer esta caminata hasta que no haya un camino establecido, porque el daño que se le hace a la flora y fauna es bastante. Teniendo en cuenta que el camino es muy barroso, una evita embarrarse e iba abriendo camino por otro lado, así que se va ampliando los caminos y el daño. Algunos caminantes se cayeron sobre frailejones, otros rozábamos sus hojas, lo cual las daña o partía. La verdad dejamos ese camino peor que vacas, en palabras de Caro bu, el costo ambiental fue grande.

Terminamos la jornada comiendo pollo asado en Surtiaves.



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