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lunes, 23 de julio de 2018

Silencio

El silencio es algo muy difícil para mi. Soy muy habladora y me gusta llamar la atención. El fin de semana estuve en un lugar donde un minuto era eterno. No vi a ningún mosco. El ruido casi no lo sentí a pesar de que siempre había música. El ruido del agua si estaba. Me senté en una silla, miré el cielo, y no pensaba en nada. Los demás querían ver las constelaciones y las estrellas. No había pensado que la gente joven le gustaba ver el cielo estrellado, los planetas marte y júpiter. Yo dije que se iba a despejar el cielo y se llenó de nubes mientras estaba en la piscina. Sentía frío porque casi no me movía. Me di cuenta que se me olvidó nadar de espalda. Lo había aprendido. Se me olvidó y sentí pesar de mi misma. Es imposible que el cuerpo olvidé algo que aprendió. El cuerpo es más inteligente  que la mente. Se me olvidó flotar. Salí y volví y me di cuenta que el agua era caliente. Fue lindo ver caer las gotas de la lluvia en la piscina mientras no pensaba en casi nada. De constelaciones no sé. De cielo tampoco. Les pregunté que ¿qué tal si no existe el cielo? y sea otra cosa lo que vemos de cielo. Y dijeron que no hiciera esa pregunta en ese instante porque no podíamos ponernos locos. Me di cuenta que los turistas generamos mucha basura. Me arrepiento cada vez más de desplazarme a algún lugar. Fue un impulso. No lo pensé. Solo fui. Parece que es mejor no planear nada. No quiero viajar y estoy a punto de viajar. Te quiero querida agua en algún lugar. Volver a sentir tu golpeteo mientras pienso en la cámara del sin sonido. Se borraron mis círculos. Ya solo tengo pelo, pelo. Silencio ven a acallar mi mente, conéctame con los destellos de mis neuronas.

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