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martes, 17 de julio de 2018

Atención

Tengo un problema de atención grave. Me disperso muy fácil. Alguien me explica algo y de pronto pienso en otra cosa y pierdo el hilo. Pero la semana pasada una mancha negra con una brocha llamó mi atención en la calle 93 con novena. Luego un huevo en el suelo. Y por último un indigente con su carreta y su sombrilla roja. Solo dibujé el indigente. Me llamó la atención su sombrilla roja. La vida ha sido tan generosa conmigo que todavía no me creo tanta bendición. Estoy en un momento pleno. La felicidad o el bienestar han llegado a darnos momentos de tranquilidad. Parecía que me bajaban del bus de la Gujira y me vuelven a subir. No sé si continué o no. El contrato se vence ya. No estoy preocupada. Ha llovido bonito. El sábado en la tarde me corté el pelo. Fredy o Elkin me hizo mis círculos en la cabeza. Un deseo de hace años cumplido. Por fin cumplido. Algunas personas me dicen que dónde lo vi. En ninguna parte. Les extraña. Me encanta. Ahora estoy conectada a las diosas, dios y el universo. Estoy en mi repetir sin. Este blog es sobre la repetición. Siento terrazas de arroz en mi cabeza o grandes taludes de una mina o de una carretera. Siento un turbante. Soy cerebro. Mi cabeza tiene poder. O mi poderosa cabeza. El ciclo ha cambiado e iniciamos un nuevo ciclo desde el jueves 10 de julio de 2018. Hubo un eclipse o algo pasó con la luna. El final siempre es un comienzo. Ahora estoy en otra sede del trabajo. Ahora estoy con más arrugas, más madura, se pondrán a prueba los momentos estresantes con la tranquilidad que he logrado. Con el respirar cinco minutos para aclarar la mente. Con mis ejercicios para la espalda para dejar la joroba. Soy cebollita, como dijo unos de mis maestros, o el otro, soy amistad eterna.

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