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viernes, 27 de julio de 2018

Wayuu

Primeras impresiones de los wayuu. Son comunidades sorprendentes. Viven en el desierto. Es pura arena. Me sorprende que en esa arena se dé la yuca, el maiz, el fríjol, la ahuyama, la patilla. Las mujeres son fuertes, delgadas y sonrientes. Son suaves y doradas como la arena. Son bellas. Llevan el agua encima de la cabeza. Lavan la ropa en baldes, cerca de los pozos profundos. Unos niños y niñas nos vieron y dijeron "traen comida". Fue lindo y, a la vez, triste porque ellos pensaron que les llevabamos comida pero solo ibamos a visitarlos de manera fugaz. La muerte es una celebración muy costosa e importante. Los vestidos de las mujeres son bellos. Los animales son flaquitos, sobre todo, los perros y los cerdos. Se les nota las costillas. Los cactus son grandes, muy grandes. Pensé que solo existían en dibujos animados. Los cactus tienen muchas espinas. Veo los cactus y pienso en México. Las enramadas las hacen de trupillo, un árbol muy fuerte. El techo de la enramada es de palitos pequeños. Lo dejan bien tupido y es un excelente techo. No hay agua. Los jaguyes se secaron. Ya no hay burros y toca caminar distancias largas para obtener agua o transportarse a otro lugar. Algunos tienen moto. Me dan ganas de aprender a hacer una vivienda de bareheque y vivir allí. Aprender sus oficios de pastoreo. Su lengua parece díficil. Se escribie de una manera y se pronuncia de otra. Los corrales son circulares y los palos que sostienen el corral son columnas mientras el entramado mayor está lleno de travesaños, es contrario a mi cultura, donde los corrales tienen más columnas que travesaños. ¿Por qué serán redondos? Ya no practican los sueños. Me pregunto si todavía las niñas se encierran en la menarquía. Las mochilas que hacen son baratas y ya casi no trabajan en eso. Dependen casi de la asistencia del estado. Son una gran cultura. Cuánto falta por conocer. He tomado mucho tinto en pocillos pequeños de plástico, barro, esmaltados y en copitas de coco o calabazo o de algún fruto como el totumo. Los animales no sé que comen, parece que cactus y ramitas pequeñas. Este lugar parece vivir del aire y la arena. Es sorprendente cuánto lo moldea a uno la geografía, hasta en el pensamiento. Me siento como en Comala o en el cuento de ¿oyes ladrar las perros, Ignacio?

lunes, 23 de julio de 2018

Silencio

El silencio es algo muy difícil para mi. Soy muy habladora y me gusta llamar la atención. El fin de semana estuve en un lugar donde un minuto era eterno. No vi a ningún mosco. El ruido casi no lo sentí a pesar de que siempre había música. El ruido del agua si estaba. Me senté en una silla, miré el cielo, y no pensaba en nada. Los demás querían ver las constelaciones y las estrellas. No había pensado que la gente joven le gustaba ver el cielo estrellado, los planetas marte y júpiter. Yo dije que se iba a despejar el cielo y se llenó de nubes mientras estaba en la piscina. Sentía frío porque casi no me movía. Me di cuenta que se me olvidó nadar de espalda. Lo había aprendido. Se me olvidó y sentí pesar de mi misma. Es imposible que el cuerpo olvidé algo que aprendió. El cuerpo es más inteligente  que la mente. Se me olvidó flotar. Salí y volví y me di cuenta que el agua era caliente. Fue lindo ver caer las gotas de la lluvia en la piscina mientras no pensaba en casi nada. De constelaciones no sé. De cielo tampoco. Les pregunté que ¿qué tal si no existe el cielo? y sea otra cosa lo que vemos de cielo. Y dijeron que no hiciera esa pregunta en ese instante porque no podíamos ponernos locos. Me di cuenta que los turistas generamos mucha basura. Me arrepiento cada vez más de desplazarme a algún lugar. Fue un impulso. No lo pensé. Solo fui. Parece que es mejor no planear nada. No quiero viajar y estoy a punto de viajar. Te quiero querida agua en algún lugar. Volver a sentir tu golpeteo mientras pienso en la cámara del sin sonido. Se borraron mis círculos. Ya solo tengo pelo, pelo. Silencio ven a acallar mi mente, conéctame con los destellos de mis neuronas.

martes, 17 de julio de 2018

Atención

Tengo un problema de atención grave. Me disperso muy fácil. Alguien me explica algo y de pronto pienso en otra cosa y pierdo el hilo. Pero la semana pasada una mancha negra con una brocha llamó mi atención en la calle 93 con novena. Luego un huevo en el suelo. Y por último un indigente con su carreta y su sombrilla roja. Solo dibujé el indigente. Me llamó la atención su sombrilla roja. La vida ha sido tan generosa conmigo que todavía no me creo tanta bendición. Estoy en un momento pleno. La felicidad o el bienestar han llegado a darnos momentos de tranquilidad. Parecía que me bajaban del bus de la Gujira y me vuelven a subir. No sé si continué o no. El contrato se vence ya. No estoy preocupada. Ha llovido bonito. El sábado en la tarde me corté el pelo. Fredy o Elkin me hizo mis círculos en la cabeza. Un deseo de hace años cumplido. Por fin cumplido. Algunas personas me dicen que dónde lo vi. En ninguna parte. Les extraña. Me encanta. Ahora estoy conectada a las diosas, dios y el universo. Estoy en mi repetir sin. Este blog es sobre la repetición. Siento terrazas de arroz en mi cabeza o grandes taludes de una mina o de una carretera. Siento un turbante. Soy cerebro. Mi cabeza tiene poder. O mi poderosa cabeza. El ciclo ha cambiado e iniciamos un nuevo ciclo desde el jueves 10 de julio de 2018. Hubo un eclipse o algo pasó con la luna. El final siempre es un comienzo. Ahora estoy en otra sede del trabajo. Ahora estoy con más arrugas, más madura, se pondrán a prueba los momentos estresantes con la tranquilidad que he logrado. Con el respirar cinco minutos para aclarar la mente. Con mis ejercicios para la espalda para dejar la joroba. Soy cebollita, como dijo unos de mis maestros, o el otro, soy amistad eterna.

jueves, 12 de julio de 2018

Tinder

He abierto tinder. Es una aplicación para tener sexo. Algunas personas insisten en haber conseguido novia o novio o que simplemente conocieron a alguien con quien el deseo no se cruzó físicamente o no volaron las feromomas. Ha sido humillante sabarse o encontrarse sin ningún like después de acabar con todo el mercado de carne sexual disponible. Hay poca oferta para las mujeres. La gente insiste en colocar fotos con filtros. Pero yo insisto en ser tal como soy. Una persona me dijo que esa foto era de una persona aburrida, y otra persona dijo que era de una persona triste, otra, que era de una persona eh!... sin comentarios. Con Fabian hemos concluido que el mercado de la carne sexual no nos favorece por nuestros queridos rostros. Son una belleza rara. No digamos que interior. No somos lindos físicamente. Somos bizarros. Somos extraños. Somos inquietos. Somos alegres. Otras veces somos tristes. Otras veces demasiado serios. Otra veces demasiado rutinarios. Simplemente somos. Nuestro perfil no es atractivo, así que no creemos que nos den me gusta, sino que nos quedaremos esperando. Ya le di a casi todo no. Busco alguien con la cabeza rapada y con cara de joven. De pronto busco una niña con apariencia de niño. Quiero tener sexo con una mujer que parezca masculina. O no quiero tener nada. Me da miedo. Nunca he usado un condón femenino. Tampoco he usado guantes para acariciar la vulva y penetrar la vagina de ellas, ni he cortado el condón para colocarlo como una película sobre los genitales. Soñé que Lucía me pedía un beso en el culo y yo me imaginaba lambiéndole el ano. No sé por qué. Estábamos como en una cápsula blanca con mis familiares. Luego el almuerzo o los servicios del agua o el gas o la luz se dañaban. Al final en un café se resolvían los deseos con las palabras. Mejor me retiraré a un castillo abandonado como manos de tijeras.

miércoles, 4 de julio de 2018

Una desconocida

No quiero dejar pasar esta fecha sin agradecer a la vida por haberte conocido. Ha  pasado un año. Tres encuentros. Fui feliz. Fui un chulito en una lista de chequeo. La desconocida. De ti aprendí a tomarme fotos y publicarlas sin importar sin son feas o bonitas, son solo fotos. Leí el libro que me dijiste de Charles Bukowski. No me sorprendió su lenguaje porque tengo una mente abierta, otra cosa, es que casi nunca tenga sexo. No logré tomar el video porno. Creo que no sería capaz de pedirle a otra persona que se dejara filmar para complacer a otra persona. Me aprendí el poema "Este lenguaje que no puede..." Lo recité varias veces en el taller de teatro. Una vez me preguntaron de quién era y el maestro dijo que te haría famosa ja ja ja. Me masturbé muchas veces pesando en ti. Esa noche fue efímera como el teatro. Las emociones son instantes. Esto me ha cambiado. Me ha transformado. Te dibujé en mi diario muchas veces. Pronuncié tu nombre otras tantas. Conté esta historia varias veces para creerme tanta fortuna. Deseé volver a verte. Entiendo que soy la desconocida. Deseé volver a tocar tu cabeza pero ya no está rapada. Ahora soy otra. Y volvería a besarte como si fuera acabar el mundo. Mil besos para ti.