Buscar este blog

domingo, 15 de abril de 2018

Pensamientos

Hoy es uno de esos días en los cuales los pensamientos no ayudan. No he comido bien los últimos días y la ropa me queda grande. Puede que vuelva a tragar como antes. El almuerzo de ayer me pareció agrio. Puede que no estuviera dañado. Pero tenía un condimento que me supo a feo. No sé si influyó haber leído un cuento sobre una chica que comía pájaros. La fuerza. La fuerza para recrear dibujos. Lynda I need you. Gotitas de lluvia mójenme hoy. Cine ven a mi. Tengo que hacer oficio y me da pereza. Esto es un desastre. Pero debo levantarme de la cama. Debo comer algo rico y delicioso. Este frío debe estimularme. Serán la metanfetaminas que no sé pronunciar. O Zuckberg que  tampoco sé pronunciar. Esa falta de amor en mi, me hace creer que otros son más importantes. Dejé ayer que una amiga me recriminará por haberme comprado unos zapatos. Nunca me compro nada. Di explicaciones que no tenía que dar. Me sentí juzgada. Ella dijo que era como esos amigos mafiosos que tenía que se compraban cosas y ni las utilizaban. Sé que es un gustito banal. Solo el color nos conectaron. DC. Son de una marca de skaters. Es la primera vez que usaré algo de skaters. No sé patinar ni nadar. Desayunaré.

martes, 10 de abril de 2018

Fabricia

Fabricia. Un título llamativo. Película de dibujos animados del 2013, dirigida por Cecilia Traslaviña. El tema es sobre la creatividad en un lugar desolador: una fábrica en ruinas. La música marca el ritmo de la historia desde el comienzo con tonos rasgados que avisan misterio o terror. Los colores de la película son tonos tierras (amarillo, café, terracota, ocre, vaige, naranja, negro). Fabricia es una niña que aparece entre árboles sin hojas y entre las ramas se abre camino hasta las instalaciones de la fábrica. Hay objetos con pinzas que agarran a los posibles trabajadores. Son colocados en una banda deslizadora, la cual los arrojará en una amplia oficina con máquinas de escribir operadas por animales con cuerpo de humano sin cabeza. Pero primero aparecen unas manos de mujer que agarran a Fabricia y la llevan a la banda deslizadora. Fabricia se niega a seguir el destino de la banda y se lanza al vacío. Conoce algunos lugares de la fábrica, mira por las ventanas mientras una mosca sumba en el espacio. Luego sale de la fábrica pero vuelve a ser atrapada por una pinza que la lleva a su destino de la creación. Allí tiene una máquina de dibujar. Cada vez que teclea una tecla se crean cuervos que cantan o pájaros que asustan o perros que están a la luz del día o lobos que aullan a la luz de la luna. La magia de la máquina y de quien la opera se unen para crear seres maravillosos como un conejo, el cual llevará a Fabricia fuera de la fábrica. Es la creación o la creatividad la que nos reinventa cada día. Y con esta idea me conecto. Porque son los ejercicios de creatividad pequeños que hacen que mi vida sea vivida. Es decir, gracias a los ejercicios de una artista he encontrado en la vida cotidiana la creatividad como la salvación a la rutina y al fracaso, al sentirme igual todos los días. La película parece terrorífica pero se desenvuelve dentro de la imaginación del personaje principal para revelar la dulzura de un conejo o caer puede ser salvarse o salvarse puede ser caer para encontrar nuestros propios fantasmas. Así pues, Fabricia nos conecta con la infancia y la belleza de lo bizarro. Fabricia es un personaje rebelde. No acepta un destino fatal sino que se rebela a las pescripciones, puede ser a las prescripciones de ser niña, por lo que lleva pantalones rojos y saco naranja. No es una niña que lleve vestido rosado, sino parece una exploradora. Es una niña curiosa. Le gusta el conocimiento y su creatividad logra transformar el lugar del horror y de las ruinas para volar por el universo. Como el cine se cita a sí mismo en la tradición cinematográfica -como alguna vez lo dijo Pedro Adrián Zuluaga en una de las clases de la Cátedra de la Cinemáteca en el 2013- por lo que encuentro esta película parecida a Alicia en el país de las maravillas (Tim Burton, 2010), donde Alicia se cae en un hueco y un conejo es quien la guía, un compañero, un amigo.

martes, 3 de abril de 2018

Proyecto Florida

Hoy, 3 de abril de 2018, amanecí aburrida por pensamientos bobos. Eso me pasa por enamorarme de imposibles. ¡Ya!, de una vez, es mejor dejarlo claro: ¡seré soltera toda la vida! y los amores románticos solo existen en mi cabeza. Antes del medio día decidí satisfacer mis banalidades y grandes amores: el cine. Aquella pantalla mágica que me saca del mundo y de mis boberías. Lo primero que se me vino a la cabeza fue Proyecto Florida.

A estos sentimientos tormentosos se sumaba un dolor que anunciaba la llegada de la menstruación. Mi cuerpo expulsa cada mes con dolor esa sangre que no dará vida. Revisé la cartelera en Cine Colombia, Cinemark, Cinemateca Distrital, Cinepolis y Cinemanía. ¡Oh sorpresa!, solo pasaban Proyecto Florida en Cinemanía y Cinepolis. Decidí en Cinemanía. Me quedaba cerca pero el horario trunca la jornada laboral. Ni modos, estaba mal y necesitaba reanimarme complaciéndome con algo que me gusta.

Veo cine según la apreciación y crítica cinematográfica. Proyecto Florida había estado en el FICCI y había sido promocionado como una joya en varios programas Días de Cine de RTVE. Del director me gustó su apellido, Baker, igual al apellido de una cantante lesbiana que también es estadounidense. Esas coincidencias llevan a regalos de la vida. Es mejor no dudar y confiar siguiendo el instinto.

Es una belleza todo lo que sucedió para que viera esta película. Una belleza que pensamientos tontos me hayan llevado a ella. Una belleza no sentir dolor menstrual mientras la vi. Una belleza montarme en un bus y llegar sola a casa pensando que todo es una película. Pensando que solo debería ganar dinero para ver muchas películas. Ojalá todos los días.

Salí pasadas las 5:20 pm. Llegué al cine a las 5:29 p.m. Había una señora. La cajera estaba atendiendo el teléfono y no le interesaba atender a dos viejas. La señora que estaba delante mío la llama y le pregunta que si ya empezó Proyecto Florida o está en cortos. La cajera responde que son solo tres minutos de cortos. ¡Imposible! No hay vuelta atrás. No lo dudamos y decidimos entrar perdiendo 12 minutos de la película. Otra señora llega y me roba el turno y dice que entra a Proyecto Florida porque es esa y ya no la presentan en Cine Colombia. Entramos afanadas y la pantalla gigante ya estaba llena de vida. Y solo cuatro viejas en la sala. Amo las salas vacías. Es como si las películas solo fueran para mi.

Proyecto Florida es una película estadounidense de Sean Beaker, estrenada en 2017. Su cartel es precioso. La protagonista es Moonee. Es una niña. Desde ella se narra la película. Moonee vive con Halley, su madre, en el Magic Castle Motel, el cual es de baja reputación o pobre en Florida, ubicado al respaldo del mundo de Disney. El administrador del Hotel es Bobby Hicks, interpretado por Williem Dafoe. Quien fue nominado a mejor actor de reparto en los premios Oscar, BAFTA y Globo de Oro.

Es verano y Moonee comparte estos días de humedad y calor con Scooty y Jancey. Halley es una madre joven que no tiene ingresos fijos o un trabajo que le permita vivir con Moonee tranquilamente. Cada día se inventa así mismo. Moonee a los seis años ya sabe que si quiere helado pide el cambio a los clientes de una heladería. Si quiere pan, galletas y torta va un carro de una iglesia cristiana que hace caridad o donaciones a los pobres. Si quiere wafles va al restaurante de la amiga de Halley. Es una niña muy traviesa. Hace muchas pilatunas. Aprendió de su madre la rebeldía y a no dejarse maltratar de nadie, ni de la miseria.

Es difícil llegar al final de la semana con el dinero de la renta. Se venden perfumes, el cuerpo, se pide un préstamo o se acude a Bobby. La música rap, la cerveza, los cigarrillos, las peleas, la solidaridad y el amor es lo que hay por montón. Moonee confía en si misma. Cuando va a buscar a su amiga Jancey le dice a la madre que ella sabe que van a jugar y no responde qué tipo juego jugarán, sino que confié en ella. El color de los moteles es delirante, un purpura y amarillo contrasta con un mundo de sueños e ilusiones. La vida se disfruta con lluvia, calor y humedad. Por ejemplo, Scooty y Moonee se ubican en la recepción para que el helado no se les derrita tan rápido. Se puede practicar un beso mientras se chupa un helado. Cada día trae una bella sorpresa con cuidadores que están pendientes de estas pequeñas y pequeño.

Moonee dice que el árbol que más le gusta es el que está caído porque sigue creciendo y me mató con el final, cuando le dice a su amiga que será la última vez que la verá y no sabe despedirse de ella. Me soltó un chorro de lágrimas esta escena. Se cierra con un maravilloso personaje que nos enseña que cada día trae momentos divinos así sean pequeños, que la vida te da bellos regalos y nunca te deja sola.