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martes, 2 de febrero de 2016

Ejercicio 1: ¿por qué escribís?

Voy a empezar a escribir. El blog http://escribir.me. de Aniko Villalba dice que el primer día se escribe sobre por qué me gusta escribir.

Tengo una imagen de adolescente con 13 o 14 años en una clase de español en la que deseaba aprender a escribir para hacer literatura, poesía o crítica de arte. En aquella época con aquel deseo escribía palabras empalagosas o románticas con el fin de ser una poeta con mi primer escrito. Casi no recuerdo pero puede ser un invento ahora, creo que escribía sobre la naturaleza, su amanecer, atardecer, árboles, el clima. Envolvía las emociones con la naturaleza. Aquella poesía era también cargada de idilio en el amor romántico. Palabrería o palabras bonitas con las que creía que se hacía una poesía.

Después con 18 o 20 años escribí  sobre el desamor, sobre la pérdida de un ser amado. Coloqué las lágrimas y el sufrimiento en el papel, con el fin de apaciguar el dolor o botar aquello que hacía daño.

Después en la universidad con 22, 23, 24, 25 y 26 años, escribí sobre mi. Casi en todos estos escritos me desprecié. Son escritos difíciles. Son destructivos. Mi alma esta rota y no encontré asidero en mí, sino que mi mente me hundió. Me sentí basura. Sentí que no era importante. El teatro y el escenario me salvaron aquellos días. Allí encontré que actuando yo podía ser yo. Es una redundancia que no entiendo. Pero es como si mi espíritu se compusiera.

Hoy  (13 de enero de 2016) en el Hospital Regional de Duitama, en el tercer piso, quitaron el árbol de navidad, del salón amplio y grande donde a ratos leo o escribo estas palabras. También de allí es bonito ver las casas, árboles, calles, carros y la panorámica que ofrecen sus grandes ventanales que dan una vista de 180 grados.

Volviendo al por qué escribo, tengo que decir que muchos años después en el 2014 volvía a escribir sobre mi. Aunque en la universidad o cuando estudié auxiliar de enfermería, siempre escribí. Eso no lo considero escritura. También cuando trabajo escribo todo el tiempo, pero no es una escritura que me agrada porque esto lo veo como un trabajo, en el cual hay que esmerarse para hacerlo bien. Mi escritura no es fluida y lucho con ella.

Será el inconsciente que me juega una mala pasada y por escribir "trabajo", escribí "trabo". Debe ser que quiero que el trabajo sea delirante, sea una escopolamina o altere los sentidos.

Cuando he escrito sobre mi no juzgo tanto mi escritura, así sepa que tiene errores de redacción y estilo. Bueno, volviendo a mi escritura que la retomé para mi, en el 2014, abriendo un blog que quise titular "Repetición", pero no se pudo porque esta denominación tenía otro dueño. Así que lo titulé "repeticio". He pensado que el conocimiento es repetición, que en la vida diaria se repiten muchos actos cotidianos. Lo abrí en agosto de 2014, con el fin de aprender a escribir escribiendo.

Así que sigo escribiendo por lo menos una vez a la semana. A veces no lo logro pero cada mes intento escribir algo. La escritura sobre mi es como un refugio, es como mi lugar de terapia psicológica, es un encuentro con el asombro, el desahogo, la esperanza y la ilusión de ayudarme a ser feliz, de darme cuenta que el día también tiene situaciones bonitas.

La primera vez que me visualicé o deseé escribir recuerdo mi cuaderno de español, en el cual había consignado lecturas del Popul Vol o Popul Vi. No acuerdo del nombre de este mito. También tengo una imagen con lecturas o ejercicios de literatura sobre el cantar o cánticos españoles, y otra sobre una lectura e imagen de Picasso: El Guernica.

Hoy 13 de enero de 2016 me encuentro en el Hospital Regional de Duitama. Estoy acompañando a mi papá que está enfermo. Tiene un dedo podrido. Es el meñique de la mano izquierda.

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