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sábado, 1 de agosto de 2015

Medias

31 de julio de 2015. Ayer fui a celebrar el cumpleaños de Alejita, con tan mala suerte que el almuerzo fue un desastre pero al final las sonrisas florecieron al recordar el día que tomamos brandi con Bibi, y planeamos viajar a Rio de Janerio, y ella comentó su viaje a isla Margarita. Menos mal las ilusiones nos reconfortan.

En la tarde me encontré con Amalfi. Me hacía falta su tono de voz y su ironía. Verla caminar rápido y con energía. Contenta porque tenía otros tennis maravillosos. Cada vez descubre zapatos más cómodos. Me acuerdo cuando se compró una maleta y tennis por Dafiti. Estaba orgullosa de su compra, sobre todo de los colores y el diseño. Siempre me cuenta algo de sus zapatos. Caminamos. Chupamos helado. Y luego nos metimos a ver chaquetas. Al final fueron las medias las que distrajeron a Amalfi. Comimos una rica pizza. Y nos sentimos cosmopolitas en un subterráneo.

A Amalfi, le encantan los colores. Le gustan los tonos suaves y combinados. Se sentía invadida por el mundo de las medias y colores. Creo que en ese momento se le olvido su cansancio. Levantada desde las tres de la mañana, estaba regia con tal de vernos y hablar un rato de la vida. Me regaló un dibujo. Fue bonita verla crear, y acordarme de la tienda los milagros. Me encantan los dibujos.

Así terminó julio. Y hoy inicia agosto con la historia de ayer. Con ganas de cambiar y renovar. Iré a cine en la tarde y luego al ritual. Espero que renazca de las cenizas.

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