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martes, 14 de abril de 2015

Alegría

He tenido unos días bonitos. El fin de semana fui a ver la competición nacional de lanzamiento de martillo y bala. Comí empanadas con ají, y pony malta. Un poco de aburrimiento.

Decidí tomar unas fotos de unas escamas que tengo cerca de la oreja derecha, porque desde hace más de dos años me eche uña para sacarme los macrofagos. Resultado: me hice una contusión que duró varios años.

Después tomé fotos de mi pelo. Mi pelo corto es bello. Se veía su corona con un hilacha blanca que resaltaba sobre la negrura. Me gusta mis pelos negros y blancos. Como decía Moíses, profesor de dibujo, ¡tiene ritmo!

Y qué deportistas. Todos con un cuerpo hermoso. Unos traseros o culos gigantes y súper parados. Más parados que con silicona. Esa cadencia al caminar tanto de hombres como de mujeres en esa pista de atletismo me hacían alucinar, envidiar y apreciar.

El día anterior. El viernes. Tuve una sesión de TRE. Fue algo mágico. Mi cuerpo empieza a sanar con la liberación del trauma y del estrés.

Hoy me di cuenta que estoy haciendo varias cosas para subir mi animo y gozar la vida. MaE me regaló unas góticas que tomo todas las mañanas, ya que al medio día y al anochecer se me olvida; el frasquito dice "me amo y me apruebo"; voy a terapia psicológica los miércoles, y camino y camino los fines de semana y ahora TRE.

En este eclectisismo de historias, hoy me pasó algo chistoso en el banco. La asesora me contó que tenía calor, muchos calores y que se debían a la menopausia. Le dijo a un compañero que colocará el aire acondicionado. Luego contó que su hija le escribía al celular porque estaba en Londres y había 6 horas de diferencia con Colombia, así que cuando llegaba en la noche a la casa era muy tarde para hablar con ella, a esta hora ya estaba dormida. Por último me dijo, ya siento el aire, ahora me hace daño. Fue al médico después de que la EPS se demoró en ordenarme los exámenes: ¡más de tres meses! El médico le preguntó ¿usted fuma? Ella le respondió que no, que nunca. Pero le contó que su esposo fumó por muchos, muchos años, así que ella fue fumadora pasiva. Según ella, parece que ahora sufre de los pulmones y no del pecho.

La última historia es sobre el suicidio de la hija de Rosa. Rosa fue mi compañera de escuela. La niña no tenía más de 14 años, me contó mi mamá. La semana pasada la gente estaba recogiendo dinero para traerla al pueblo. Estaba en Bogotá. Al parecer se lanzó de espalda de un cuarto piso.  Decidió terminar con su vida. Me acuerdo de su silueta porque su cara no la tengo presente. Estaba con su mamá, y varios borrachos hablando cerca al parque principal mientras yo esperaba el bus para venirme para Bogotá. Era de madrugada.


domingo, 5 de abril de 2015

Película

Tengo sueño. Las películas vistas en la semana santa: La bahía de Los Angeles, Soul Kitchen, Siberia Monamour, Toda la Memoria del Mundo, Melo, Guernica, Bailando por la Libertad y Buscando a Hagen. Estás dos últimas películas fueron malas, no dejan recordación o reflexión al espectador. Su guión es como flojo, le falta astucia y sagacidad para contar y sorprender al espectador. La que más me gustó fue Siberia Monamour. La relación de un abuelo y su nieto, el cual reclama la paternidad de su padre en una sociedad en decadencia; sin escrúpulos cualquiera puede ser comido por los perros ya que hasta los iconos religiosos se los roban. Sus paisajes, la belleza del frío, el ambiente hostil por la falta de solidaridad y cariño. Lindas imágenes para contar una historia muy dura. Me quedan los caminos recorridos por tres días consecutivos a la Cinemateca, una decepcionante programación en la Avenida Chile y una dulce compañía. Gracias Carobu por hacerme reír con el Fabiancillo. Me faltó contar que me dormí en el corto El canto del estireno, por eso no cuenta.

miércoles, 1 de abril de 2015

Caminar

Hoy, ha sido bonito. El trabajo fue casi hasta las dos de la tarde. Luego llegué con energía a la casa. Almorcé. Y me fui a ver una película francesa "La bahía de Los Angeles" a la Cinemateca Distrital.

Salimos a tomar aromática en la pastelería Florida. Me encanta allí porque la sirven con vasijas pequeñas, para que a gusto se convine las frutas y hierbas deseadas. De etiqueta no sé nada, sino que me gusta ese juego ridículo en el cual soy torpe cogiendo las pequeñas vasijas, la cuchara, el pocillo, y el jarro con el agua caliente. Después comprobé que no solo a mí me llama la atención la cantidad de losa utilizada para una aromática sino que varias personas de las mesas vecinas preguntaban a los meseros que estábamos consumiendo.

A la salida una canción de los Rolling Stones, deleitar música en vivo de una banda con aspiraciones de viajar por el mundo. Además un coro de niños cantando la canción de la alegría en la entrada del Jorge Eliécer Gaitán. Pero esto fue antes de la aromática.

Por último, no me creo que se haya muerto Carlos Gaviria.

Ahora, si, lo último. Regresar a casa caminando.